Pasa algo misterioso con la discusiones de re-fundar nuestras universidades para hacer frente al nuevo paradigma: personas y amigos a los que respeto y que por lo general sostienen posiciones modernizantes para otras reformas, en esta caso les cuesta más, se callan o no participan, tomándola casi como un tótem sagrado. Da para un análisis más profundo. Ahora quiero hablar de la universidad y los emprendedores. No sorprendo a nadie declamando que la universidad sudamericana no suele fomentar la cultura emprendedora entre sus estudiantes. A pesar de los enormes esfuerzos que por suerte son cada vez más y muchos con buenos resultados, no estamos cumpliendo del todo bien el papel de organizaciones incubadoras.
Diversos trabajos de investigación se dedicaron a indagar en la valoración personal que tienen los emprendedores respecto a su paso por la universidad y el rol de ésta en su construcción emprendedora. Por lo general, los emprendedores sudamericanos son muy agradecidos con la formación recibida en saberes técnicos de producción, nuestras universidades siguen teniendo un aceptable nivel técnico. También suelen valorar la formación recibida en lo que podemos denominar «saberes técnicos de gestión» y colocar acá lo que tenga que ver con contabilidad, recursos humanos y la lógica más instrumental del día a día de una empresa. Pero cuando les preguntan si la universidad fomentó su motivación emprendedora y los entrenó en competencias emprendedoras, las respuestas suelen ser trístemente negativas. No quiero explayarme mucho acerca de la idea de las competencias emprendedoras. Las defino como ese conjunto de saberes tácitos que no suelen ser codificados en la educación formal, que son actitudinales y a la vez fundamentales a la hora de crear: aprender a trabajar en equipo, identificar oportunidades, fijar metas, asumir riesgos calculados, desarrollar redes de apoyo, saber planificar, etc; como Shapero y tantos otros investigadores se dedicaron a identificar. La existencia de este tipo de saberes dominó gran parte de la discusión de la literatura emprendedora por más de treinta años, no por su existencia sino por su carácter innato o adquirido, donde por supuesto nos pararemos del lado de los que dicen que las competencias emprendedoras se construyen, se complementan en equipo y pueden entrenarse. Pero la cuestión es que no están muy presentes en las universidades. Sigue leyendo →